jueves, 13 de enero de 2011

LOS RESQUICIOS


No os habéis fijado que cuando peor van las cosas, cuando uno cree que ya nada tiene sentido y que es el momento de dejarse llevar por la decepción, la rabia y hasta quizá el odio… de repente surge algo que estaba dormido o desaparecido y te devuelve al mundo de la esperanza…????
A mi, supongo que por desgracia, me ha pasado muchas veces. En momentos donde la nostalgia y las ausencias se adueñaban de uno, siempre surgía. como de la nada, algo que hacia que dicho penar fuera mas llevadero.
El vuelo rasante del águila calzada a pocos metros de mi cabeza, un gavilán cazando en un prado solitario o quizá incluso el cantar de un Cárabo en plena noche, donde mas de una vez uno miraba la luna exigiendo sino respuestas, al menos si algo de complicidad,  eran esos ejemplos en los que uno se maravillaba del momento confirmando, al menos, que TODO no podía ir mal.
Recuerdo un día en el que añorando tener al lado la sonrisa de una chica en particular… (ya lo dice mi hermano… no espabilaré en la puta vida) me encontraba paseando por el monte enfrascado en mis pensamientos de injusticia, de nostalgia, etc… (ya sabéis de vez en cuando uno también tiene derecho al autoflagelo) y por supuesto con un cabreo impresionante, conmigo, con la vida y con el que se arrimara… supongo que por eso las ovejas siempre salían corriendo… Pues bien, me encontraba paseando con ese “mal rollo” característico del menda, cuando de repente, escuché un zumbido que sonó en todo el valle… yo miraba hacia el lugar de donde provenía el ruido y descubro un ave con las alas totalmente cerradas cayendo en vuelo vertical que ponía los pelos de punta.
Caía y caía y caía y no hacia ademán, ni de frenar, ni de cambiar de dirección. Tan es así que incluso alimentaba en mi la ilusión de que se iba a estampar contra el suelo irremediablemente y que allí dejaría, en forma de plumas y huesos rotos, el resultado de tan alocado vuelo. Y más y más… se iba a matar… ya está, ya no había salida, ¡¡¡se iba a matar!!! De repente, abre sus patas, lanza las garras, extiende su cola y sus dos alas poderosas, fascinantes llenas de plumas estratégicamente colocadas de contrastes blancos y negros que hacen de aquélla increíble pirueta un ejercicio mucho mas espectacular aun… y acto seguido descubro que justo delante de la reina de las aves hay una lavandera blanca que lucha por escapar de aquel matador, que ya conocía mucho mejor que yo (sin ir a clases de física) lo que era capaz de lograr la energía cinética cuando se la alimenta de manera tan poderosa. Fueron 2 segundos eternos, la lavandera quebrando, el águila siguiendo su estela como podía pues la fuerza que había alcanzado y que era su mayor virtud, se convertía en ese mismo momento en su mayor hándicap, pues no podía maniobrar con tanta soltura como la pequeña lavandera que había despegado en el momento justo para burlar el primer y terrible ataque de la calzada. Así cada quiebro la lavandera ganaba mas velocidad y el águila veía como se escapaba su merienda de la tarde…
En la naturaleza no hay segundas oportunidades, la batalla entre cazadores y presas es constante, la evolución imparable y el ritmo frenético.
Todo eso ocurrió aquel día vestido de gris, deambulando por mis montañas mientras la oscuridad se adueñaba de parte de mi alma…
Hoy… bueno nada… si hoy algo va mal es más por culpa del que escribe que por ingerencia de los demás en la vida de uno, pero de repente y haciendo el bobo, divagando un poco por la red aparece este video… increíble, que aun estoy tratando de entender del todo.
Y me he vuelto a sentir como el chico de 24 años que miraba a la luna, que no hallaba respuestas, ni siquiera complicidad pero que asistía a momentos increíbles de sus “amigos” los animales que desde siempre le habían dado tantas satisfacciones y grandes premios.
Comparto con vosotros este video y juzgad vosotros mismos… ssshhhhiiiiiii!!!!!!! mirad, mirad lo que hay ahí, no me lo creo, 2 urogallos, ni os mováis, ni respiréis… solo vibrad!!!!!!


miércoles, 5 de enero de 2011

TOCAR Y TOCAR


Hoy voy a contar algo que no tiene nada que ver con la naturaleza pero si con el descubrimiento personal… lo que tanta y tanta gente ni intenta por no ver lo que hay en su interior.
Hace unos años alguien muy importante para mi me regalo un instrumento musical. Un pequeño acordeón diatónico. En ese momento no pensé en todo lo que ese instrumento musical iba a representar para mi. Imaginé que con aquel mini acordeón iba a poder emular de alguna manera el arte de ese “alguien”  de quien desde luego he admirado su capacidad de expresar mediante la música.
Pasaron los años y las experiencias, poco a poco, 1 vez a la semana, o dos o una vez cada 15 días, es decir sin marcar ni obligaciones ni tiempos, iba profundizando de oído en el difícil arte musical. Siempre de oído pues carezco de estudios musicales. Siempre bajo el esquema del esfuerzo y pequeño logro o fracaso, que de todo se aprende. Así fui paso a paso evolucionando lentamente en mi manera de entender, comprender y asimilar las notas, los ritmos, las melodías etc…
A ello se unieron infinidad de conciertos, muchas horas de ensayos, espectáculos y por supuesto la capacidad de aprender mediante ver, escuchar, asimilar, interpretar, sentir y emocionarse con lo que a uno le rodea. Claro está que a base de llevar a cabo esta manera de hacer las cosas, funciono como la típica esponja que absorbe todo esperando lograr quedarse con lo mejor. De esta forma he ido descubriendo pequeños secretos que llegan tras muchos años. Seguro que habría sido mas rápido aprender directamente, preguntar y esperar de la experiencia de los demás para avanzar antes, pero opino que eso tampoco es lo mejor. Cierto es que corres mas, pero nunca llegas a crear una manera propia de hacer las cosas, de enfrentarte a los retos, de superar obstáculos. Hacer las cosas por uno mismo crea vicios que se repiten una y otra vez, pero te prepara para enfrentarte por ti mismo a los obstáculos que a lo largo de tu vida surgen.
Últimamente todos estos días estoy tocando la triki. Si, después de todo estos años he aprendido (un amigo mío diría que hago lo que puedo) a exteriorizar sentimientos, experiencias, frustraciones, enfados y demás obsesiones mediante la música. Lo que yo imaginaba que iba a ser para emular a mi “maixu” de repente, comienza a funcionar como una terapia personal que ayuda a expresar, lo que casi nunca uno vomita, a no ser que las circunstancias le obliguen a ello. Y un día y otro y otro y de repente te das cuenta que cuando tocas (sobre todo si te sale bien) sientes un poder indescriptible en tus manos, como si dominaras el mundo y te sientes grande… pero tras ello, cuanto mas sudas, cuanto mas te cansas, cuanto mas genio le pones a tus dedos y a lo que tocas, descubres que vas sacando muchísima “mierda”, que vas vaciándote de todo lo bueno y de todo lo malo que atesoras dentro… y comienzas, no a sentirte bien, sino a sentirte… simplemente sentirte y no estar atascado. Y os aseguro que eso se convierte en una droga.
Cada vez las melodías se solucionan antes, cada vez uno aprende a acoplarse al instrumento con mas rapidez y se descubren muchas mas cosas de ti mismo, mientras los ritmos y las melodías adornan, para los demás, la nueva terapia descubierta. Así una y otra vez… es mas y mas fácil amoldarte a lo que suena, a la canción que respira por debajo para dejarte llevar y comienzas a fluir y a fluir sin parar.
Y BOOOMMMMMMMMM caes en la cuenta… “ahora se porque hay músicos que transmiten y otros que no…” “ahora se porque algunos de ellos son verdaderos maestros de su instrumento”. Personajes que nada mas escucharles 3 notas, sin verles, sabes quienes son, su instrumento habla por ellos. ¿Cuántas veces lo han usado para expresar lo que de otra manera no han podido? No, no es que ensayen mas que los demás… (que puede ser) no es que sepan mas (que también puede ser). Hablan con el instrumento, respiran con él y vomitan por la cuerda, por el fuelle, por la garganta por el tubo… lo que les sucede, lo que han sentido y sobre todo lo que han experimentado y sufrido.
Pero como todo, esto también tiene su trampa. Todo es un pack. Y también la he descubierto. La trampa reside en usar la música como el vehiculo o el sucedáneo que sustituye a una vida cargada de experiencias afectivas, las mas temidas, las mas evitadas y las mas duras para todos. Así uno dejándose llevar por la rabia, las frustraciones continuas y la ausencia de lo apostado y por supuesto perdido, puede utilizar lo que un día comenzó sirviendo como instrumento para canalizar sus experiencias, como escudo y repuesto de una vida afectiva plena con el consiguiente peligro de perder batallas y sentir el dolor de lo no conseguido.
Sin sufrimiento no hay nada. Sin dolor no hay necesidad de transmitir. Los felices nunca tocan bien, nunca se dedicaran al arte. Que contradicción, lo que sirve para emocionar, para sentir, para remover proviene del dolor y del sufrimiento, de la ausencia y de la búsqueda.
Y esto viene teniendo lugar desde que el hombre es hombre, desde aquel primer ser humano que quiso contar y volver a sentir, mediante el sonido, lo que ya había vivido y guardado en un lugar diferente de su corazón. Un ser que arrancó de las entrañas de la tierra el secreto de la emoción. Lo que antes, ahora y siempre despertará al hombre de su cómodo letargo mental, aquel que los demás buscan para tenerle atado.
Llevo 1 mes tocando y tocando todos los días, sintiendo que en esos momentos descargo mi esencia en esas notas, vaciándome para volverme a llenar. No sé si es bueno, no sé si no estaré también cayendo en la trampa. Solo me gustaría que la próxima vez que vayáis a un concierto y lo que os toquen os apasione, que penséis en lo afortunados que son los que están tocando porque sienten de primera mano mientras interpretan pero también en el sufrimiento, la ausencia y la evolución que ha hecho falta experimentar para componerlo.
Mila esker MAIXU, por NO enseñarme LO que tengo que hacer, sino COMO lo tengo que hacer. 

Este video es de dos personas que saben vivir y sentir la música de manera sincera, buenos alumnos de su maestro. AUPA ZUEK!!!!!!!